Hace unas semanas leí un artículo en foroatletismo.com sobre la cadencia ideal para correr economizando energía, es decir, las zancadas por minuto que hay que dar para que la fatiga tarde más en aparecer. Indicaban que 180 eran los pasos adecuados y varias formas para conseguir llegar a clavarlos en el entrenamiento.
Me pareció interesante y no dudé en probarlo. El método escogido para seguir el ritmo ha sido la música. Entre los archivos que tenía guardados en el ordenador, encontré unas cuantas sesiones que seguían el perfil de los 180bpm, así que los traspasé al mp3 y salí a intentarlo. Recomendaban que al principio se hiciera a un ritmo muy suave, con pasos cortitos, y poco a poco ir aumentando la amplitud de la zancada.
Desde el primer momento me sentí muy cómodo y me sorprendí del ritmo medio alcanzado al final del entrenamiento, ya que había sido más rápido de lo habitual pero en cambio me había cansado menos. No eché las campanas al vuelo, pues podían haber influido otros factores, pero me dio confianza para seguir probando en los siguientes entrenamientos.
Después de un mes de pruebas, puedo decir que para mí ha sido un acierto seguir los consejos del artículo, ya que cada día corro más rápido sin un aumento en el esfuerzo. También he notado que ya tengo interiorizada la cadencia y sin la música consigo mantener los 180 pasos por minuto. No obstante, cuando entreno solo prefiero llevar la música para que así también me distraiga.
He estado buscando más sesiones por la red y en el blog amigo Corriendo con Música he encontrado buenas sesiones con canciones actuales.
Yo probé con un metrónomo, y la verdad es que cambia radicalmente la manera de correr si intentas seguir una cadencia. En mi caso, también me atreví con los 180, y el resultado fue muy bueno. Lástima que dejé de correr con música hace tiempo... :)
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