El día de descanso de correr cuando estoy en el turno de la mañana se me hace un poco duro porque me relajo y con el sueño acumulado, voy como un zombie toda la tarde.
También ha coincidido que este año mi hijo sale media hora mas temprano del colegio y los martes no tiene ninguna actividad extraescolar, así que hemos llegado pronto a casa y ha hecho los deberes muy rápido.
Para no dormirme y perder una tarde bellísima, nada mejor que una sesión de metal recordando viejos tiempos. Este fue de los primeros cassettes que tuve en mi época heavy.
A ver si siento el poder y mañana sale una carrera redonda en Vilassar!
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