Me he levantado esta mañana con dolor de espalda, abro la persiana y estaba lloviendo. Lo mas normal en mi hubiera sido volverme a la cama, pero hoy he decidido que debía superar todos los obstáculos para reforzarme anímicamente.
He desayunado, me he puesto mi disfraz de runner y he salido a correr solo y sin música. Hoy había decidido hacer 16Km a ritmo suave, pero con la lluvia que caía y que no tenia ninguna distracción, no sabia hasta donde llegaría. El circuito eran 8Km subiendo suave y la vuelta por el mismo camino. Poco a poco me he ido animando y he conseguido llegar hasta el lugar del giro. Ya solo tocaba dejarse llevar por la ligera bajada hasta el final.
No ha parado de llover en todo momento, era una lluvia fina pero intensa. Los caminos estaban un poco encharcados pero se podía correr bien. Lo mejor de todo es que las zapatillas han perdido el color marroncillo del polvo. Me han quedado impecables, eso si , empapadas. Suerte que dispongo de mas zapatillas de entreno.
La espalda ha mejorado y me encuentro reforzado moralmente. Ahora puedo decir que ya casi nada me puede parar. Si me lo propongo, lo puedo conseguir.
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